“Clasismo es el prejuicio y discriminación basados en la pertenencia o no a determinadas clases sociales. El clasismo es un fenómeno heredero del racismo. El origen de la discriminación no se basa en este caso en diferencias étnicas, sino en la pertenencia a diferentes clases sociales, debido a las condiciones socioeconómicas del individuo o grupo social. El problema se agrava cuando la estratificación de las clases coincide con determinadas étnias, produciéndose un solapamiento de sentimientos discriminatorios racistas y clasistas.
Tipos de clasismo
clasismo suele ser dividido por los sociólogos en dos tipos:
- el clasismo individual, que se caracteriza por ser un prejuicio particular, donde una persona es el objeto de la discriminación y otra es el sujeto de ésta. Dicho acto está basado en una serie de estereotipos y prejuicios presentes en la propia sociedad que el individuo adquiere como parte de su cosmovisión y sus creencias.
- el clasismo estructural o institucional, es la forma en la que el estado y otras instituciones tales como la escuela o la iglesia logran estratificar socialmente a los habitantes de un país. A diferencia del clasismo individual, la manera en la que se efectúa dicha segregación es "oculta" y ha sido estudiada por autores tales como Pierre Bourdieu quien definió el concepto de violencia simbólica”.
Fuente: WIKIPEDIA
Hace poco leí en un periódico de tirada nacional en Chile, un reportaje que hablaba de la supuesta y leve disminución de fronteras entre los barrios pobres y ricos de Santiago. Todo esto, claro está, debido a que los terrenos cercanos a ciertas poblaciones antiguas son más baratos y, por tanto, susceptibles de ser utilizados para construir casonas de tejas y grandes patios donde albergar a la pujante clase media alta capitalina.
Los de siempre -autoridades y tontos del culo oficialistas y de la oposición política- ya se adjudican el premio a la integración social y la falsa "progresía" chilena -manga de hipócritas que jamás mezclaría a sus hijos con el roterío-, ya entona cánticos de avances sociales frente a esta aparente disolución de fronteras socio-económicas que, por cierto, salió de chiripa debido a la especulación inmobiliaria y ná' más.
Yo, por mi parte, hace tiempo que no sentía tanto asco y rabia frente a esa realidad chilena que mi autoexilio me libraba de ver.
Vamos a ver. Clasismo hay en todas partes del mundo. En algunas, institucionalizado y tan antiguo como la estupidez humana, como el Reino Unido por ejemplo. En algunos sitios se nota menos y en otros más. Pero, cuando se transforma en una condicionante para el desarrollo de nuestra propia vida y rige a la sociedad completaugnante y vergonzosa.
Reconozcámoslo, todos lo hemos practicado y hemos sido sus víctimas. Despreciamos a los “cumas”, despreciamos a los “cuicos”. Algunos, vivirán toda su vida bajo su terrible sombra. Otros, hemos tenido el privilegio de escapar a su nefasta influencia. Pero, poco o mucho condiciona y deforma nuestra forma de ver el mundo y a los demás.
Pero, ¡a ver si nos vamos a creer que en todas partes del mundo te van a tratar como en Chile, Chile Lindo!. También existen lugares donde viven personas a las que no les preocupa el origen foráneo que tengas, ni el lugar de residencia, ni si tienes trabajo o cuánto ganas, para relacionarse contigo. Menos aún el origen de tus apellidos ni tampoco el color de tu piel. (Bueno, subnormales racistas también hay en todas partes, pero mejor dejamos ese tema en Chile para otro artículo, que el nacionalismo patrio es patéticamente masivo, así que ¿no le vamos a ver la paja en el ojo ajeno, verdad?)
Si imaginamos la nada privilegiada posición de una joven chilena habitante de una pequeña casa en una comuna pequeña de cualquier región -por ejemplo-, para ella habría sido impensable la mixtura de clases sociales en un país ASQUEROSAMENTE CLASISTA. A menos, claro está, que fuera de trepadora y/o prostituta de alto standing -eso si tiene "buena presencia": culo-tetas-, o de nana -si es negra, chica y fea-...
Incluso, he hablado con personas de diferentes nacionalidades que han hecho turismo por nuestra larga y angosta faja de tierra y puedo declarar con las nalgas bien altas, que ¡¡¡la fama del clasismo chileno ya traspasa fronteras!!!
Por lo que, cuando me vienen con esos aires triunfalistas de patrón de fundo que les ha construido la choza que gotea menos a los peones, me da ganas de espetarles a la cara a los políticos de cualquier cuño que su basura de sociedad felíz y rubia no va conmigo.
Que con acercar las “poblas” a los ricos -¡qué asco de palabro!- los únicos que ganan son los segundos, porque así las nanas no tienen excusa para llegar a limpiarles la mierda tarde. Que en Chile hace rato el concepto de “movilidad social” se parece más al de villorrios de siervos de la gleba, que se acercan al caserón del señor feudal -de la UDI, del Opus Dei o presentador de la TV- para estar más fácilmente disponibles.
Que la cultura, la educación, el trabajo y la sociedad están absolutamente segmentados entre los abundantes pobres picantes, la escasa clase media siempre a punto de caer en la baja, y de los carita bonita de apellido extranjero. En esos, que son la cream de la cream, los que marcan tendencias, los que tienen la cara “como potito de guagua”, gracias a la cremita con un cuarto de leche. Esa clase dirigente y televisiva, que se cree que todo el populacho está contento porque la hija de la patrona le regala la ropa usada para los hijos de la nana. Que se creen ultragenerosos por regalar casas de tetrabrick (MR) a los de la mediagua de cartón inundada.
A todos esos políticos y presentadoras operadas les digo que no todo el mundo les compra su pomada. Que las cosas y la mentalidad cambian para bien y para mal, y que todo el mal y la dejadez que aplicamos en los de más abajo, algún día nos pasarán factura.
Que la integración social de verdad se logra repartiendo mejor y más equitativamente las ganancias. Construyendo casas decentes para la gente más necesitada y más áreas verdes –no esas pocilgas en donde no dejarían ni a sus perros fifís-. Educando mejor y decentemente a los que no tienen dinero para la matrícula en el Nido de Águilas y su puta madre. Y este proceso es lento y difícil. Requiere un cambio de mentalidad que implica a toda la sociedad y que, lamentablemente, no tiene visos de producirse ni a corto ni mediano plazo.
Mientras tanto, a los politicuchos y empresarios les conviene según achacando la criminalidad al lumpen miserable. Nadie realiza el más mínimo intento de autocrítica. Ninguno quiere perder su cuota de poder ni de choreo.
Olvidan que la inseguridad y la delincuencia devienen de una gran masa frustrada, pobre, sin futuro que ve como no importa el trabajo, ni el esfuerzo para alimentar, educar y sacar adelante a su familia. Que envidia los privilegios a los que nunca podrá acceder, los cuales les restregan continuamente en la cara los rostros televisivos. Que se retroalimenta en su rabia y frustración hasta volverse peligrosa y violenta. Y con una población descontenta, perdemos todos y usted también, empresario sin escrúpulos. Porque la gente pobre, no consume tanto como a usted le gustaría. Y eso, es lo único que importa, ¿no?


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